Posición de la Lista “Profesores de Historia” ante la decisión de exámenes virtuales

Destacado: 
Destacar

En momentos en que la comunidad académica de la Facultad de Filosofía y Letras se encuentra debatiendo y adaptándose a nuevas modalidades de enseñanza-aprendizaje por la emergencia mundial provocada por la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019-2020, deseamos reafirmar el papel central que los procesos de evaluación poseen en el conjunto de tareas que los docentes e investigadores universitarios desempeñan habitualmente en sus lugares de trabajo. La importancia de los exámenes y demás formas de acreditación de saberes, habilidades, capacidades y conocimientos resulta crucial para completar y coronar la labor de un profesor, cualquiera sea su trayectoria, formación, antecedentes o experiencia. Más aún en relación con las materias de grado, encargadas de expedir no sólo meros grados académicos sino títulos habilitantes, lo que potencia aún más la importancia que las evaluaciones adquieren en toda carrera universitaria.

Entendemos que el Consejo Directivo es el órgano colegiado de gobierno de nuestra Facultad, en el que se expresan las opiniones de los distintos claustros, y suscribimos tal funcionamiento representativo. Pero también consideramos que, en condiciones de total excepcionalidad, como las que ha planteado la pandemia, es valioso ampliar los mecanismos que permitan canalizar las opiniones y experiencias de quienes, desde sus diferentes roles, hacen a la vida académica, por lo que creemos que vale la pena dar continuidad a dinámicas tales como las consultas realizadas en el comienzo del cuatrimestre, donde pudo expresarse el conjunto de los equipos docentes y se pudo disponer, entonces, de un cuadro de situación mucho más preciso que el que la intuición hubiera permitido bosquejar.

Hemos expuesto nuestro compromiso docente, y asimismo quedó demostrada a lo largo del cuatrimestre nuestra flexibilidad y creatividad para adaptar programas y contenidos presenciales a la virtualidad en el grado, en el marco del diálogo y la comunicación con las autoridades. Por ello, nos toma de sorpresa el modo en que se ha definido la toma de exámenes finales virtuales, sin que el cuerpo docente de la Facultad haya podido expresar sus realidades y posibilidades. No nos negaremos a evaluar a nuestros estudiantes, porque nuestro compromiso con ellos y con la institución está ante todo, pero queremos explicitar nuestra opinión acerca del hecho de que conectividad no significa disponibilidad total de los docentes frente a la pantalla, que la posesión de un soporte adecuado para la comunicación virtual no significa su utilización individual, que laptops, netbooks y PCs son habitualmente compartidas por los integrantes del hogar y en espacios acotados, en los que las situaciones de convivencia, junto a las obligaciones laborales y escolares de los menores se articulan y priorizan a fin de cumplimentar las necesidades e imperativos del grupo familiar. A ello debiéramos adicionar las diferencias entre carreras, materias troncales y cursos masivos cuyos finales presenciales suman, en las fechas habituales, varias decenas de inscriptos. Constituir una mesa examinadora en las circunstancias de vida doméstica signada por la satisfacción pautada del grupo familiar y su diversa infraestructura cibernética se sumará a la carga adicional del armado de la necesaria infraestructura administrativa que, por lo conocido, también será responsabilidad de los docentes.

Entendiendo que el asunto de las evaluaciones concierne a todos/as desde los diversos roles y funciones que asumimos en la vida académica de la Facultad, consideramos que se trata de una práctica pedagógica que en el actual contexto requiere ser pensada y asumida con compromiso, en particular, por el conjunto de los docentes. Es por ello que no sólo solicitamos sino que nos ponemos a disposición para anticipar, prever y contribuir a una toma de decisiones que conduzca a buen puerto y recoja la voz de los docentes de la carrera. En este caso, se trató de la toma de exámenes virtuales, pero en el futuro habrá que considerar otras cuestiones tan relevantes como esa, en un contexto que traerá, muy probablemente, cambios importantes. En el caso de los exámenes finales, la experiencia recogida por los docentes en las mesas de agosto puede ser un material muy útil para discutir las nuevas decisiones que deberán adoptarse.

Es por ello que, de cara a las decisiones que habrá que tomar para los siguientes turnos de examen, reiteramos nuestra solicitud de ampliar el espectro de las voces mediante una consulta al conjunto de las cátedras de la Facultad. La toma de exámenes finales constituye un área estratégica del quehacer del cuerpo docente que no debería alterarse sin alcanzar previamente amplios consensos entre todos los involucrados.

Buenos Aires, 16 de julio de 2020.

Silvia Finocchio-Fabio Nigra-Marisa Pineau-Marisa Massone-Marcelo Campagno-Ana María Presta-Alejandro Cataruzza-Fabián Campagne